El "capitán" del barco, el infame Schetino, ahora acusa a los que le dieron las coordenadas, o a los del GPS o a quien sea, y dice que si se hubieran seguido sus indicaciones, no habría pasado lo que pasó. Curioso. Yo pensaba que el capitán de hecho hacía eso. Un cobarde. Está claro, lo demostró hace un año y lo sigue demostrando ahora. No asume su responsabilidad, y trata de culpar a sus subalternos.
Me parece una metáfora perfecta para la economía. Los que dirigen saben que están salvados. Tienen todos sus cuentas millonarias en Suiza y demás paraísos fiscales, y de hecho muchos han abandonado el barco para vivir muy bien por los "servicios prestados", a pesar de que eran responsables directos del desastre en el que estamos. Gobernantes, banqueros, agencias de rating,....nadie reconoce ninguna responsabilidad. Pero el caso es aún peor que Schetino, que sigue esperando su juicio por su gravísimas negligencias, y que acabará pagando. Esta gente se saldrá de rositas por hundir no un barco, sino basicamente el mundo occidental en la mayor crisis desde hace 70-80 años.
En este aniversario todos han recordado con gratitud al jefe de guardacostas, que resultó ser el héroe del día al decirle a Schetino las cuatro verdades que le espetó por radio. Ojalá en el mundo económico hubiera un jefe de guardacostas que les dijera a los capitanes de agua dulce del mundo económico las cuatro verdades que se merecen. De hecho lo hay. Deberíamos de ser todos los que hiciéramos el papel de guardacostas. Con nuestro voto, nuestro trabajo y nuestras pautas de consumo podemos espetar muchas verdades.
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