jueves, 17 de enero de 2013

Bárcenas y la reacción del PP

Tanto Carlos Floriano como Esperanza Aguirre han seguido el mismo guión cuando han sido preguntados por los 22 millones en Suiza del ex-tesorero del PP: que la gente tiene que estar indignada y más aún los "políticos honrados".

Efectivamente, si se demuestra que Bárcenas es un delincuente y se le pilla por evasión fiscal y demás manejos de la trama Gürtel (a pesar de que haya regularizado 10 milloncejos de Euros gracias a las medidas de su colega Cristobal Montoro, Ministro de Hacienda), que la justicia caiga sobre él. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Lo mismo diría si pasa con el PSOE, que también han tenido sus historias (yo nunca voté a Felipe Gonzalez en la época de las corruptelas), con IU o con quien sea.

Pero que los dirigentes del PP digan que están "indignados" cuando muchos de ellos llevan años defendiendo a Bárcenas, o que digan que los "políticos honrados" son los más cabreados, es alucinante. En esta época, en medio de esta Estafa global, en medio de los recortes y del descrédito más grande de la historia de la clase política...

Bárcenas puede ser un delincuente, como muchos otros. Al mismo nivel que los que atracan bancos, a mi modo de ver (pero sin las agallas, con toda la hipocresía del mundo, y robando muchísimo más). Pero no deja de ser solo un delincuente.

A mí, y a muchos otros ciudadanos, estoy seguro, son los "políticos honrados" los que me indignan. Los que siguen apoltronados tocandose las narices, jugando con sus ipads en plenos, cobrando dietas, recortando derechos, haciendo favores a amiguetes . Los que al dejar el poder y los cargos públicos entran de "asesores" de grandes empresas (¿eh, Aguirre?, ¿eh, Rato?), los que no pinchan burbujas, los que dicen que "estamos en la champion's league"...Todos esos "políticos honrados" que después se bajan los pantalones en Bruselas porque "no queda otra alternativa", para después tapar los agujeros de sus colegas de la banca con el sufrimiento de millones de personas. Esos son los indignantes.

Como todo político entiende del sector privado, pongamos un ejemplo. En una empresa privada de 100 trabajadores, 3 se dedican a robar y los 97 restantes son inútiles que no hacen nada y la empresa va de c*lo. Claro, los 97 se indignarían, porque todo el mundo piensa que ellos roban también. Pero visto desde fuera, los preocupantes son precisamente esos 97.

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