La primera indicación clarísima han sido las elecciones de la semana pasada, en las que las formaciones políticas favorables a la República fueron un 70%. Que una semana después abdique el Rey y diga que lo tenía pensado desde enero es puro teatro. De hecho, el 24 de diciembre en su mensaje de Navidad dijo justo lo contrario. Pues sí que tuvo que ser una Navidad movida para que el día de su cumpleaños el 5 de enero decidiera abdicar. Recordemos que su abuelo abdicó dejando paso a la II Repúblico por unos resultados electorales municipales en 1931.
No. Abdica porque esperar a unas nuevas elecciones dejará a la monarquía en una situación aún peor. Lo único que podía hacer la institución era dejar paso a Felipe VI. Jóven, preparado, no afectado por los escándalos, y aún relativamente popular. Su mujer, Letizia (asturiana y republicana), será Reina de España en menos de un mes.
Lo tienen muy complicado. Tanto o más que lo tuvo su padre en 1975. En 1975 la población era sumisa en su mayoría, después de 40 años de represión, mano dura, bota militar. Juan Carlos tenía detrás de sí a un ejército dispuesto a salir a la calle a la mínima. De ahí el consenso al que se tuvo que llegar. De ahí la ley de punto final, amnistías varias. Fue una transición bajo amenaza, impuesta.
Felipe tiene ante sí una situación totalmente distinta. Una población madura, muchísimo más educada y preparada, y sobre todo, sin miedo a expresar lo que piensa en las urnas y en la calle. Ya no nos tragamos la versión oficial de nada y si quiere ser Jefe de Estado la legitimidad la tendrá que ganar desde el minuto uno poniéndose decididamente a favor de la gente, de los desahuciados, de los parados, y en contra de la casta político-financiera.
¿Qué legitimidad tiene? Veamos. En 1931 los españoles se dieron un régimen republicano votando. En 1936 los militares derrotaron ese régimen por la fuerza, iniciando una guerra civil, que ganaron. El dictador Franco propuso a Juan Carlos como sucesor, por la legitimidad de haber ganado la guerra. Es cierto que Juan Carlos hizo posible elecciones a Cortes Constituyentes en 1977 con el PCE y PSOE legales, pero con una carta debajo de la manga. De salir en esas elecciones del 77 un resultado no favorable a la monarquía, disponía de senadores de "designación real", para impulsar la balanza a su favor. Así que la monarquía sigue ahí con mucho truco. Luego se aprobó una Constitución en 1978 que en 2014 no hemos votado el 72% de la población.
Lo que está claro es que el nuevo Rey tendrá que acatar lo que pase en futuras elecciones. Si en las siguientes generales sale una mayoría muy holgada republicana, la III República es una posibilidad. Si no, Felipe VI se tendrá que acostumbrar a reinar para ciudadanos. No vamos a ser súbditos de nadie.
De verdad que esta última semana he empezado a ver la actualidad de otra manera. Parece que mucha gente ha despertado y quiere decidir su futuro. Hemos llegado. La llamada "Generación X", nacidos entre finales de los 60 y primeros 80, la que escuchaba a Nirvana en los 90, la que ha estudiado idiomas e ido a la Universidad más que nunca en la historia, la que éramos JASPS, etc, la que no pudimos acceder a una vivienda más que hipotecando nuestra vida...Esa generación llega al poder. Vamos a hacerlo mejor que nuestros abuelos con su guerra civil y nuestros padres con su transición. Lo leeremos en los libros de historia, una nueva era empezó en la primavera de 2014.
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