lunes, 23 de septiembre de 2013

País de súbditos

Parece que su majestad el Rey ha sufrido una nueva recaída y tiene que volver a pasar "por el taller", como él mismo dice. Su hijo, el Príncipe Felipe, asumirá como viene haciendo gran parte de los compromisos de su agenda, pero hay cosas que no podrá hacer porque corresponden solo a su padre. Normal, por otra parte, que a los 75 años alguien sufra los achaques propios de la edad, que se acabe la energía, que cueste mantenerse en pie con problemas de cadera,...

El jefe de la casa real ha dicho en rueda de prensa que en "ningún momento se plantea la abdicación". Y es que "Spain is different". Forever and ever, por lo visto. En Holanda la reina simplemente toma el pulso al pueblo, y se dice a sí misma, "tengo 75 años, mi hijo 45 y está perfectamente preparado". El pueblo no tiene por qué cargar con un jefe del estado anciano que se desmorona poco a poco, y simplemente abdica. En España no. En España un Jefe de estado se muere en la cama, como pasó en el 75.

No importa que el Jefe del Estado sea la personificación del país en muchos casos (prefiero pensar eso que que sea Rajoy), y que personifique la institución. Da igual que no pueda cumplir con sus funciones. Hay que morir en la cama y gritar "el Rey ha muerto, viva el Rey". Es una mentalidad del siglo XIX. Un anacronismo total y absoluto en un siglo XXI en el que una monarquía moderna y al servicio de los ciudadanos debería, ya que no es democrática sino hereditaria, tener el sentido común de saber renovarse así misma y de saber cuando ha llegado el momento. Sino, estamos ante las típicas maniobras de aferrarse al poder pase lo que pase de toda la vida. Y eso debería estar superado como en otros países, pero mientras en otros países hay ciudadanos, aquí hay súbditos.

De hecho, su majestad está haciéndole un flaco favor a la monarquía aferrandose al trono. Todos le recordaremos como un buen rey, joven, alto, rubio, que trajo una democracia estable por primera vez a un país que nunca la había tenido, con todas sus imperfecciones y defectos, pero una democracia al fin y al cabo. Pero de eso hace casi 40 años, los mismos que duró la dictadura de su predecesor. Lo único que puede conseguir manteniéndose a sí mismo en el poder porque sí, porque puede, es parecerse cada vez más y más a Franco (dando noticias constantes por su estado de salud) y dar razones a los que apoyan una república. Porque cuando a un Jefe del Estado no le quedan facultades lo lógico es sustituirlo por otro.

Felipe está más que preparado, asumiendo cada vez más funciones a la perfección, y el país necesita un soplo de aire fresco. Igual que en 1975. Me atrevo a decir que psicológicamente sería muy positivo para el país en su conjunto. No vale decir que no puede dejarle a Felipe todos los problemas; caso Noos y Urdangarín, crisis económica, crisis institucional, marca España más baja que en muchas décadas...Sí, España tiene muchos problemas, y uno de los principales es que la generación de la transición, incluido el Rey, sigue en el poder. Los Rajoyes, Rubalcabas, Juan Carlos, deberían irse y dejar paso a una nueva generación de españoles, nacidos en transición o democracia, que no han vivido la guerra ni la posguerra. Deberían dejar lugar a ideas nuevas, nueva energía, gente desatada de un pasado de corrupción en muchos casos, con ganas de hacer cosas nuevas.

Juan Carlos tiene ganado su lugar en la historia, pero no se puede vivir de rentas toda la vida. Tiene ganado su merecido descanso para ir en yate, cazar, y hacer lo que quiera y con quien quiera, pero no como Jefe del Estado, y debería tener la misma clarividencia que tuvo su padre y abdicar por el bien de la institución que representa. Seamos ciudadanos, no súbditos, y demos nuestra opinión de a quién queremos de Jefe de Estado.

http://politica.elpais.com/politica/2013/09/21/actualidad/1379791658_498396.html

1 comentario:

  1. Muy bien dicho, sí señor!!! pero me da que hasta que no la palme ahí lo vamos a seguir teniendo, cayéndose constantemente, durmiéndose y sin entenderle cuando habla, así es nuestro maravilloso Rey!

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