Esta semana los demócratas han tenido su Convención para nominar formalmente al Presidente Barack Obama para un segundo mandato de cuatro años. Realmente ha sido el reverso del espejo de la convención republicana; como la noche y el día. Como Luke y Darth.
En tres días han conseguido dar una imagen de partido cohesionado, realista, consistente en sus propuestas, y sobre todo, entusiasta. Han entusiasmado a sus bases, casi se podía respirar la emoción de la gente en Charlotte, Carolina del Norte, y eso es clave. Y sobre todo, han transmitido la emoción hacia los que veían la convención desde sus casas.
Además han demostrado que tienen figuras políticas brillantes de pasado, presente, y futuro. En especial los discursos de Michelle Obama, y de Bill Clinton han sido de los mejores que he escuchado del mundo de la política probablemente en mi vida. Tenían claro el objetivo, y lo llevaron a cabo hasta sus últimas consecuencias.
Todo estaba en el guión y planeado al milímetro, claro. Tenían que marcar distancias con Mitt Romney, demostrar que son diferentes. Michelle Obama habló de cuando ella y Barack eran jóvenes sin ningún tipo de privilegios y salieron adelante gracias al tipo de ayudas y programas que los demócratas defienden y los republicanos quieren recortar, para rematar la jugada con absoluta brillantez con un "pero nosotros que hemos pasado la puerta del éxito no queremos cerrarla detrás de nosotros, sino abrirla y ayudar a que pasen todos", desmarcandose de unos republicanos que solo ensalzan el individualismo feroz.
Y Bill Clinton se dedicó a coger el programa republicano y demostrar con cifras y datos la auténticas gilipolleces que dicen, y de paso desenmascarar su agenda oculta, que no es otra que acabar con el Estado del Bienestar, igual que en Europa. Dijo que si se quiere luchar contra el déficit, y a la vez se quiere dar más recortes de impuestos a los multimillonarios, "la aritmética no cuadra". A los republicanos sí, tendrían que recortar todo lo demás, como hacen aquí en Europa. Eso es lo que no dicen. Igual que en España. Pero aquí los españoles les han votado.
Obama lo remató ayer. Solo tenía que ser honesto, y decir la verdad. No han acabado el trabajo, él nunca dijo que fuera fácil, y la esperanza de 2008 nunca fué una esperanza vacía e ingénua. Dijo que él ha cambiado, que ahora es el Presidente y que se ha tenido que enfrentar con deciciones difíciles, pero que tenía claro el camino a recorrer, que es FORWARD (hacia adelante). Fue un discurso redondo.
Visto desde España, la verdad es que parece otro universo en un momento en que la política es vista casi como una estafa, como una panda de ladrones que se dedican a hacer negocietes. También una economía que tiene un 8,1% de paro es vista desde aquí como un paraíso, por mucho que para ellos sea un fracaso.
En cualquier caso, en mi opinión Obama tiene la reelección muy a su alcance. Pero como dice Michael Moore, nadie se puede quedar en casa el día de las elecciones (6 de noviembre). Se trata de que sean unas elecciones con una gran participación, de otro modo Romney podría ganar y llevar a EEUU y al mundo al siglo XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario