Ya se dejan sentir en todo su esplendor los efectos de la ley de estabilidad presupuestaria, por la cual hay que pagar antes los intereses de la deuda que las nóminas de los empleados públicos. Cuando la ley se aprobó hace un año con el apoyo de PP y PSOE en un fin de semana de finales de agosto, sin ningún tipo de debate, con una opacidad total, a pesar de tener rango constitucional, nadie se enteró realmente de qué quería decir.
Pues quiere decir precisamente eso: que es mucho más importante pagar la deuda que financia el Estado y las Comunidades Autónomas que pagar unos servicios públicos imprescindibles. Que es más importante pagar a la banca que pagar las nóminas de unos empleados públicos que quieren trabajar para cumplir con esos servicios públicos.
Que no falseen más la realidad. No es que no haya trabajo. Hay trabajo, hay necesidades que cubrir, y hay mucha gente dispuesta a hacerlo. Lo que cambia son las prioridades, y eso es una decisión política. Si en lugar de una "ley de estabilidad presupuestaria", que dinamita el Estado del Bienestar, tuvieramos una "ley de general de protección del ciudadano", con rango constitucional, que blindara los derechos que tenemos, la situación sería que la Banca tendría que ser más flexible para cumplir con los compromisos con los ciudadanos, y o bien refinanciar créditos, o darlos en condiciones favorables. Su cuenta de resultados sería menos importante que la salud de un niño atado a una máquina de diálisis en un hospital, y tendrían que traer sus beneficios de las islas Caimán para financiarlo.
Ahora es legal que ese niño se muera para que la Banca pueda engordar sus beneficios. Eso es lo "consitucional". Por fuerza esa ley tiene que ser inconstitucional.
Y si llevo más allá la reflexión, si hay una necesidad que cubrir y gente dispuesta a hacerlo, pero lo que falta es un mero papel verde que no vale nada, que tiene un señor gordo escondido en las islas Caimán y que no le da la gana traer, ¿no sería justo sustituir ese papel verde por algo que no pueda dominar ese señor gordo? Yo creo que sí. Sé que sí. Lo que falla es todo un sistema que encumbra los papelitos verdes por encima de las personas.
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