Estos días se está viendo en España cómo funciona La Doctrina del Shock. El shock es económico, por supuesto.
Para empezar decir que España, si no se lo merece per se, si se lo ha buscado. Teníamos todas las papeletas, y compramos muchas más para que nos tocara lo que nos está tocando ahora. Se ha cometido una irresponsabilidad económica tras otra, sin que nadie no solo no hiciera nada por pararlas, sino alentandolas. Y desde luego no ha habido ningún líder económico, empresarial o político en tomar medidas cuando tenían que haberse tomado. Pero eso es el pasado. Ya se sabe, burbuja inmobiliaria, fiesta, pelotazo, Paco el Pocero como ejemplo de triunfador, el Monopoly como modelo de negocio para todo el país...Así no se va a ninguna parte. España ha metido la pata, es verdad.
Pero ahora se está haciendo leña del árbol caído. Claramente el sistema finaciero español necesita ser rescatado, pero la diferencia entre una forma de hacerlo y otra es la diferencia entre que el país pueda salir de esta, si no con la cabeza alta (no es para estar orgullosos) sí sin volver a ser casi un país tercermundista.
Eurobonos, financiación del BCE para los países (que actúe como prestamista de último recurso, y evite el acoso de los Mercados a la deuda soberana), con el objetivo de ir acercando la situación económica de unos a otros. Alemania y los triple A no quieren esto. Quieren que España acuda al rescate, y que la Troika entre a saco en el país, para exigir sus condiciones, que seguirán el camino de Grecia. Más recorte del déficit, retraso de jubilaciones, subir impuestos, despedir funcionarios y quizá un reforma laboral incluso más dura...
Traduciendo, quieren que los países del sur seamos lo que siempre se ha pensado que somos: la mano de obra barata de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario