Tsipras ha entrado hoy en el Parlamento Europeo entre abucheos de algunos y ovaciones de muchos. Tsipras y el pueblo griego han dicho NO a la austeridad y SI a Europa. Luego ha habido un debate a veces muy subido de tono en el que Tsipras ha escuchado a todos.
Están en juego varias cosas; la permanencia de Grecia en el Euro, el futuro político de los próximos años en Europa, e incluso el futuro mismo del Euro. Las posiciones varían entre los países que quieren echar a Grecia con Alemania a la cabeza, los que quieren hacer todo lo posible por que Grecia no se vaya (España incluida), y los que se ponen del lado de Grecia (los menos).
Digámoslo claro. A Alemania no le interesa que Grecia pague su deuda. Al menos no es su único objetivo. Le interesa que pague de una manera determinada. Le interesa que pague destruyendo el Estado del Bienestar. Esa y no otra es la agenda oculta (y no tan oculta) de toda la derecha europea. Tsipras lo sabe, y ha dicho no. Quiere hacerlo subiendo impuestos a los más ricos, pero eso no le interesa al FMI, el BCE, ni a Merkel. Quieren menos pensiones, menos sanidad, menos educación, y más IVA, que es el único impuesto que no varía tanto si cobras 400 euros como 400 millones de euros al mes.
Quieren más austeridad. Que en Europa se dedique 4-5% del PIB a pagar intereses de deuda y un 1% del PIB a gasto universitario, que es lo que está pasando. Así consiguen lo que quieren; esclavizar a Europa bajo la deuda y más negocio para el sector privado (el que se lo pueda permitir, claro).
Mariano Rajoy, aliado total de Merkel, se juega mucho. Si Tsipras se sale con la suya y consigue un trato beneficioso de la troika, justificaría que los griegos votaran por Syriza. Y en España se tomaría nota de eso, con lo que Rajoy, que ya está muy tocado, simplemente estaría fuera del gobierno ya de hecho. Sin embargo si Alemania y la troika no conceden nada a Grecia, o si la echan directamente del euro, Rajoy dirá que "esto ha pasado por votar a Syriza, hermanos de Podemos". Ya lo está diciendo (mentira, Samaras y el Pasok, PPSOE griego, fueron quienes hundieron a Grecia). Las coversaciones España-Alemania de esta semana han girado en torno a eso. Rajoy quiere a Grecia hundida para salirse con la suya en España. Porque nadie se lleva a engaño: si Grecia fracasa, España es la siguiente.
Que Alemania de lecciones de austeridad es de una hipocresía atroz. Ha sido el país que más deuda repudió históricamente, y la que no repudió la pagó valiéndose de reestructuraciones e inflación. Ese es el secreto del "milagro alemán". Que en 1953 se le perdonó gran parte de su deuda, y el resto la pudo pagar reduciéndola vía inflación (al igual que tu dinero en el banco pierde valor con inflación, lo mismo pasa con la deuda pública, que es un activo nominal).
Solo hay tres vías para pagar deuda, dos indoloras, y una dolorosísima: impuestos, inflación y austeridad. Alemania recomienda 20-30 años de austeridad, pero esa medicina solo se la aplicaron los alemanes durante un año. Luego votaron a un tal Hitler para que acabara con esa austeridad.
Esta es una semana histórica. Y seguirán bastantes más. Pueden ser semanas positivas o muy negativas, todo depende de lo dispuestos que estemos los europeos a recapacitar, a reconocer errores, y de la generosidad que tengamos para hacer concesiones. Lo veo muy difícil. El espíritu que veo no es ese.
Están en juego varias cosas; la permanencia de Grecia en el Euro, el futuro político de los próximos años en Europa, e incluso el futuro mismo del Euro. Las posiciones varían entre los países que quieren echar a Grecia con Alemania a la cabeza, los que quieren hacer todo lo posible por que Grecia no se vaya (España incluida), y los que se ponen del lado de Grecia (los menos).
Digámoslo claro. A Alemania no le interesa que Grecia pague su deuda. Al menos no es su único objetivo. Le interesa que pague de una manera determinada. Le interesa que pague destruyendo el Estado del Bienestar. Esa y no otra es la agenda oculta (y no tan oculta) de toda la derecha europea. Tsipras lo sabe, y ha dicho no. Quiere hacerlo subiendo impuestos a los más ricos, pero eso no le interesa al FMI, el BCE, ni a Merkel. Quieren menos pensiones, menos sanidad, menos educación, y más IVA, que es el único impuesto que no varía tanto si cobras 400 euros como 400 millones de euros al mes.
Quieren más austeridad. Que en Europa se dedique 4-5% del PIB a pagar intereses de deuda y un 1% del PIB a gasto universitario, que es lo que está pasando. Así consiguen lo que quieren; esclavizar a Europa bajo la deuda y más negocio para el sector privado (el que se lo pueda permitir, claro).
Mariano Rajoy, aliado total de Merkel, se juega mucho. Si Tsipras se sale con la suya y consigue un trato beneficioso de la troika, justificaría que los griegos votaran por Syriza. Y en España se tomaría nota de eso, con lo que Rajoy, que ya está muy tocado, simplemente estaría fuera del gobierno ya de hecho. Sin embargo si Alemania y la troika no conceden nada a Grecia, o si la echan directamente del euro, Rajoy dirá que "esto ha pasado por votar a Syriza, hermanos de Podemos". Ya lo está diciendo (mentira, Samaras y el Pasok, PPSOE griego, fueron quienes hundieron a Grecia). Las coversaciones España-Alemania de esta semana han girado en torno a eso. Rajoy quiere a Grecia hundida para salirse con la suya en España. Porque nadie se lleva a engaño: si Grecia fracasa, España es la siguiente.
Que Alemania de lecciones de austeridad es de una hipocresía atroz. Ha sido el país que más deuda repudió históricamente, y la que no repudió la pagó valiéndose de reestructuraciones e inflación. Ese es el secreto del "milagro alemán". Que en 1953 se le perdonó gran parte de su deuda, y el resto la pudo pagar reduciéndola vía inflación (al igual que tu dinero en el banco pierde valor con inflación, lo mismo pasa con la deuda pública, que es un activo nominal).
Solo hay tres vías para pagar deuda, dos indoloras, y una dolorosísima: impuestos, inflación y austeridad. Alemania recomienda 20-30 años de austeridad, pero esa medicina solo se la aplicaron los alemanes durante un año. Luego votaron a un tal Hitler para que acabara con esa austeridad.
Esta es una semana histórica. Y seguirán bastantes más. Pueden ser semanas positivas o muy negativas, todo depende de lo dispuestos que estemos los europeos a recapacitar, a reconocer errores, y de la generosidad que tengamos para hacer concesiones. Lo veo muy difícil. El espíritu que veo no es ese.
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