La restauración del Ecce Homo en la iglesia de la localidad de Borja en la provincia de Zaragoza es noticia mundial. Sale incluso en la primera página de la CNN. Por supuesto es para denunciar el desastre de "restauración" de una "obra maestra". Los periódicos mundiales no hacen mucho énfasis en que pase en España, aunque un español acostumbrado a leer comics de Pepe Gotera y Otilio sabe que detrás de esto hay tema.
Personalmente, a pesar de que entiendo que la pobre señora de ochenta años lo estará pasando mal, y también el párroco y el inteligente concejal de cultura, la noticia me ha hecho mucha gracia. Ni se ha perdido una "obra maestra", ni me parece tan mala la "restauración", que es más una recreación.
Ya han surgido peticiones de que se mantenga en su estado actual. El texto de la petición no tiene pérdida:
“El osado trabajo realizado por la espontánea artista en el Ecce Homo del Santuario de la Misericordia de Borja, supone además de un entrañable acto de amor, un inteligente reflejo de la situación política y social de nuestro tiempo, en el cual se pone de manifiesto una sutil crítica a las teorías creacionistas de la Iglesia, a la vez que se cuestiona el surgimiento de nuevos ídolos”,
Me parece una metáfora perfecta de la economía española. Como el cuadro, la economia española nunca fue una gran obra maestra, ni es una maravilla. De hecho el pintor aparentemente terminó el retrato en un par de horas en una tarde de verano allá por los años 30, igual que nosotros que industrializamos el país en 10 añitos allá por los 60. La economía española es así; nunca fue perfecta, siempre tuvo problemas, pero bueno, es la nuestra. Como el cuadro, se ha ido deteriorando mucho, y nadie la ha arreglado. Y ahora el gobierno de Rajoy la está restaurando bajo las consignas de Bruselas. Dentro de poco parecerá el cuadro restaurado por la señora. Algo había que hacer, ¿no?. No hay alternativa. Las cosas que están mal hay que arreglarlas, ¿no?
http://aitorlarumbe.com/wp-content/uploads/ecce-homo-borja-zaragoza.jpg
jueves, 23 de agosto de 2012
"Por favor, venga a trabajar"
En el ABC del 31 de julio ha salido esta increible noticia. El Alcalde de Alcorcón le pide al edil de UpyD por carta que vaya a trabajar "al menos un día a la semana". Si lo entiendo bien, el edil cobra 72.000 euros, y no va a trabajar a su despacho ni un día a la semana. No tengo mucha idea de cómo funcionan los ayuntamientos, pero algo me indica que en este caso falla algo.
Me pregunto si el ministro Montoro se refiere a esto cuando dice que la función pública se tienen que parecer más a la empresa privada.
Partiendo de estos datos, he hecho algunos números. Sabemos que en Alemania hay 150.000 políticos, para 80 millones de habitantes. Si en España hay unos 47 millones, y haciendo una sencilla regla de tres, a grosso modo en España debería de haber unos 88.125 políticos para ser equivalentes a Alemania. Si restamos esta cifra de los 455.000 políticos actuales en España, me da que debe de haber unos 366.875 políticos que no tienen que ir a su despacho, como este caballero de UpyD (la formación política me da igual, se puede poner cualquiera).
Ahora, multiplicando lo que cobra este edil, por los que sobrarían para ser equivalentes a Alemania, me sale que España se ahorraría 26.415 millones (tirando por lo bajo, poniendo un sueldo medio de 72.000 euros por político). Con eso ya tapamos los agujeros grandes del sistema financiero, así que iríamos por el buen camino.
Estos 366.875 políticos tendrían que prepararse para un mercado laboral bastante competitivo, pero no hay problema, porque estoy seguro de que de no encontrar trabajo rápido, se irían a Laponia. Y en caso de que su formación no les permita de momento trabajar, ahí tendrían los 450 euros de ayuda en caso de que no consiguieran trabajo en 1 o 2 años.
Estoy aplicando la filosofía de la empresa privada, que maneja fríos datos numéricos para cuadrar cuentas. ¿No se debería aplicar la misma filosofía a los políticos?
Quizá no van a trabajar porque no tienen un jefe claro. Siempre se dice que los ciudadanos somos sus jefes, porque les votamos. Pero también deberíamos pedirles cuentas mensualmente. Quizá lo que deberíamos hacer los ciudadanos es involucrarnos más en controlar a nuestros empleados públicos, por ejemplo pidiendo cita al concejal que hayamos votado de nuestra ciudad, digamos una vez cada tres meses, ir a contarle lo que queremos que consiga y para lo que le votamos, e ir preguntando por los avances que ha conseguido en este tiempo. Y si no ha hecho nada, le hacemos saber lo que pensamos de su gestión. Igual que hacen nuestros jefes con nosotros.
En esto sí que estoy de acuerdo con mi gran amigo Fri. En unas líneas he conseguido ahorrar 26.000 millones, hacer de 366.000 españoles trabajadores más productivos, y de 88.125 políticos auténticos servidores públicos en contacto con la gente a la que sirven. Son todo ideas que se me ocurren para acercar la función pública a la empresa privada, pero empezaría por los políticos antes que por bomberos, médicos, profesores, polícias, carteros, porque estoy seguro de que cualquiera de ellos aporta mucho más a la sociedad que este impresentable de Alcorcón.
http://www.abc.es/20120731/local-madrid/abci-carta-alcalde-alcorcon-201207302115.html
Me pregunto si el ministro Montoro se refiere a esto cuando dice que la función pública se tienen que parecer más a la empresa privada.
Partiendo de estos datos, he hecho algunos números. Sabemos que en Alemania hay 150.000 políticos, para 80 millones de habitantes. Si en España hay unos 47 millones, y haciendo una sencilla regla de tres, a grosso modo en España debería de haber unos 88.125 políticos para ser equivalentes a Alemania. Si restamos esta cifra de los 455.000 políticos actuales en España, me da que debe de haber unos 366.875 políticos que no tienen que ir a su despacho, como este caballero de UpyD (la formación política me da igual, se puede poner cualquiera).
Ahora, multiplicando lo que cobra este edil, por los que sobrarían para ser equivalentes a Alemania, me sale que España se ahorraría 26.415 millones (tirando por lo bajo, poniendo un sueldo medio de 72.000 euros por político). Con eso ya tapamos los agujeros grandes del sistema financiero, así que iríamos por el buen camino.
Estos 366.875 políticos tendrían que prepararse para un mercado laboral bastante competitivo, pero no hay problema, porque estoy seguro de que de no encontrar trabajo rápido, se irían a Laponia. Y en caso de que su formación no les permita de momento trabajar, ahí tendrían los 450 euros de ayuda en caso de que no consiguieran trabajo en 1 o 2 años.
Estoy aplicando la filosofía de la empresa privada, que maneja fríos datos numéricos para cuadrar cuentas. ¿No se debería aplicar la misma filosofía a los políticos?
Quizá no van a trabajar porque no tienen un jefe claro. Siempre se dice que los ciudadanos somos sus jefes, porque les votamos. Pero también deberíamos pedirles cuentas mensualmente. Quizá lo que deberíamos hacer los ciudadanos es involucrarnos más en controlar a nuestros empleados públicos, por ejemplo pidiendo cita al concejal que hayamos votado de nuestra ciudad, digamos una vez cada tres meses, ir a contarle lo que queremos que consiga y para lo que le votamos, e ir preguntando por los avances que ha conseguido en este tiempo. Y si no ha hecho nada, le hacemos saber lo que pensamos de su gestión. Igual que hacen nuestros jefes con nosotros.
En esto sí que estoy de acuerdo con mi gran amigo Fri. En unas líneas he conseguido ahorrar 26.000 millones, hacer de 366.000 españoles trabajadores más productivos, y de 88.125 políticos auténticos servidores públicos en contacto con la gente a la que sirven. Son todo ideas que se me ocurren para acercar la función pública a la empresa privada, pero empezaría por los políticos antes que por bomberos, médicos, profesores, polícias, carteros, porque estoy seguro de que cualquiera de ellos aporta mucho más a la sociedad que este impresentable de Alcorcón.
http://www.abc.es/20120731/local-madrid/abci-carta-alcalde-alcorcon-201207302115.html
jueves, 9 de agosto de 2012
Candidato republicano a la Casa blanca: "EEUU no se convertirá en España conmigo"
En las presidenciales a EEUU con la economía como tema principal, el debate gira alrededor de quién es el más adecuado para gestionar la economía en esta época de turbulencias.
El candidato republicano, Mitt Romney se presenta como el ideal, porque él tiene un curriculum exitoso en la empresa privada, y en el comité organizador de los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake City en 2002. Por supuesto a Obama le ha faltado tiempo para poner el foco sobre su carrera empresarial en Bain Capital, una firma que, para entendernos, hacía lo que Michael Douglas en la peli "Wall Street". Era uno de estos tiburones que compran empresas con problemas, ofreciendo un plan de reestructuración, para después dedicarse a venderlas en trocitos echando a todos los trabajadores a la calle. Justo lo que la economía necesita ahora, vamos (esto es una ironía).
Lo último que ha soltado este ejemplo de virtud empresarial es que EEUU bajo un mandato suyo no se va a convertir en España, Grecia o Italia. Muy tranquilizador para el pueblo de EEUU, aunque innecesario. Es absolutamente obvio que EEUU nunca será como España. Para empezar, sólo Texas ya es más grande que España, y me quedan 49 estados más. Para hacer una comparación acertada debería decir que EEUU nunca se convertirá en Europa, aunque ya lo fué una vez, eran una serie de estados independientes con grandes diferencias económicas, y les hizo falta una guerra civil y un siglo entero para llegar a ser un país.
Tampoco es muy acertado desde el punto de vista de la diplomacia, y relaciones internacionales, a diferencia de Obama, que sabe perfectamente que si Europa (y España en particular) van mal, le acabará afectando a EEUU.
En resumidas cuentas, el candidato republicano es el típico empresario que sigue sin ver que el mundo está cambiando, que el individualismo no está en alza, que todo está interrelacionado, y que el sistema del que él se aprovechó es lo que ha llevado al mundo, de nuevo, al borde del abismo. Y sobre todo, que una empresa, por grande que sea, no es un país, y un empresario no es un presidente.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/08/actualidad/1344460172_953053.html
El candidato republicano, Mitt Romney se presenta como el ideal, porque él tiene un curriculum exitoso en la empresa privada, y en el comité organizador de los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake City en 2002. Por supuesto a Obama le ha faltado tiempo para poner el foco sobre su carrera empresarial en Bain Capital, una firma que, para entendernos, hacía lo que Michael Douglas en la peli "Wall Street". Era uno de estos tiburones que compran empresas con problemas, ofreciendo un plan de reestructuración, para después dedicarse a venderlas en trocitos echando a todos los trabajadores a la calle. Justo lo que la economía necesita ahora, vamos (esto es una ironía).
Lo último que ha soltado este ejemplo de virtud empresarial es que EEUU bajo un mandato suyo no se va a convertir en España, Grecia o Italia. Muy tranquilizador para el pueblo de EEUU, aunque innecesario. Es absolutamente obvio que EEUU nunca será como España. Para empezar, sólo Texas ya es más grande que España, y me quedan 49 estados más. Para hacer una comparación acertada debería decir que EEUU nunca se convertirá en Europa, aunque ya lo fué una vez, eran una serie de estados independientes con grandes diferencias económicas, y les hizo falta una guerra civil y un siglo entero para llegar a ser un país.
Tampoco es muy acertado desde el punto de vista de la diplomacia, y relaciones internacionales, a diferencia de Obama, que sabe perfectamente que si Europa (y España en particular) van mal, le acabará afectando a EEUU.
En resumidas cuentas, el candidato republicano es el típico empresario que sigue sin ver que el mundo está cambiando, que el individualismo no está en alza, que todo está interrelacionado, y que el sistema del que él se aprovechó es lo que ha llevado al mundo, de nuevo, al borde del abismo. Y sobre todo, que una empresa, por grande que sea, no es un país, y un empresario no es un presidente.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/08/actualidad/1344460172_953053.html
sábado, 4 de agosto de 2012
Ana Pastor y Xabier Fortes, hasta luego.
No por esperado es menos triste. Dos de los mejores profesionales que la televisión pública ha visto en los últimos años destituidos de sus respectivos programas. Dos periodistas que hacen su trabajo contando las cosas como realmente son, caiga quien caiga, y por lo tanto incómodas para el PP. No encajan en el nuevo esquema de realidad virtual que Julio Somoano, el nuevo director de informativos, tiene sin duda pensado en la mejor tradición de Alfredo Urdaci. Quieren que TVE sea Telemadrid, y ahí Ana Pastor y Xabier Fortes no encajan.
Voy a echar mucho de menos las geniales entrevistas de los Desayunos, con preguntas y repreguntas directas, sin miedo, y que meten el dedo en la llaga de personajes de todas las tendencias. Históricas sus entrevistas con Ahmedinayad, y sobre todo parándole los pies a Maria Dolores de Cospedal, que con la hipocresía a flor de piel tuvo la caradura (no se puede llamar de otra manera) de soltar que el PP consideraba que la televisión pública no era "todo lo imparcial que sería deseable". Ahora se verá esa "imparcialidad que sería deseable". La imparcialidad de Urdaci, supongo.
Y echaré de menos la Noche en 24 horas y esas introducciones de Xabier, que eran el único consuelo tras un día noticias malas, malísimas y nefastas en este descenso a los infiernos económicos. Su fina ironía gallega y su tono sombrío ante una realidad que a todas luces lo es me animaban, porque reflejaba lo que yo mismo estaba sintiendo ante la estafa que estamos sufriendo.
A partir de ahora entraremos en el mundo de Nunca Jamás, en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas. Todo lo que haga el gobierno para resolver esta crisis "causada por el PSOE" será bienvenido, será "lo que hay que hacer" y no habrá "otra alternativa". Los "ajustes" (ya no habrá recortes) serán necesarios, el "copago" sanitario, inevitable; el estado del bienestar, insostenible; los sindicatos, CeCe O O y U Ge Te serán unos mangantes, y la CEOE la única esperanza...Ya sé lo que va a haber.
Pero yo no estaré ahí para oirlo ni verlo,porque no me apetece escuchar el NODO que nos preparan. Quiero escuchar periodismo imparcial, comprometido, y que no reinterprete la realidad por mí. Por eso pondré la cadena que tenga el sentido común de contratar a estos dos grandes profesionales.
Voy a echar mucho de menos las geniales entrevistas de los Desayunos, con preguntas y repreguntas directas, sin miedo, y que meten el dedo en la llaga de personajes de todas las tendencias. Históricas sus entrevistas con Ahmedinayad, y sobre todo parándole los pies a Maria Dolores de Cospedal, que con la hipocresía a flor de piel tuvo la caradura (no se puede llamar de otra manera) de soltar que el PP consideraba que la televisión pública no era "todo lo imparcial que sería deseable". Ahora se verá esa "imparcialidad que sería deseable". La imparcialidad de Urdaci, supongo.
Y echaré de menos la Noche en 24 horas y esas introducciones de Xabier, que eran el único consuelo tras un día noticias malas, malísimas y nefastas en este descenso a los infiernos económicos. Su fina ironía gallega y su tono sombrío ante una realidad que a todas luces lo es me animaban, porque reflejaba lo que yo mismo estaba sintiendo ante la estafa que estamos sufriendo.
A partir de ahora entraremos en el mundo de Nunca Jamás, en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas. Todo lo que haga el gobierno para resolver esta crisis "causada por el PSOE" será bienvenido, será "lo que hay que hacer" y no habrá "otra alternativa". Los "ajustes" (ya no habrá recortes) serán necesarios, el "copago" sanitario, inevitable; el estado del bienestar, insostenible; los sindicatos, CeCe O O y U Ge Te serán unos mangantes, y la CEOE la única esperanza...Ya sé lo que va a haber.
Pero yo no estaré ahí para oirlo ni verlo,porque no me apetece escuchar el NODO que nos preparan. Quiero escuchar periodismo imparcial, comprometido, y que no reinterprete la realidad por mí. Por eso pondré la cadena que tenga el sentido común de contratar a estos dos grandes profesionales.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Los efectos de la ley de estabilidad presupuestaria
Ya se dejan sentir en todo su esplendor los efectos de la ley de estabilidad presupuestaria, por la cual hay que pagar antes los intereses de la deuda que las nóminas de los empleados públicos. Cuando la ley se aprobó hace un año con el apoyo de PP y PSOE en un fin de semana de finales de agosto, sin ningún tipo de debate, con una opacidad total, a pesar de tener rango constitucional, nadie se enteró realmente de qué quería decir.
Pues quiere decir precisamente eso: que es mucho más importante pagar la deuda que financia el Estado y las Comunidades Autónomas que pagar unos servicios públicos imprescindibles. Que es más importante pagar a la banca que pagar las nóminas de unos empleados públicos que quieren trabajar para cumplir con esos servicios públicos.
Que no falseen más la realidad. No es que no haya trabajo. Hay trabajo, hay necesidades que cubrir, y hay mucha gente dispuesta a hacerlo. Lo que cambia son las prioridades, y eso es una decisión política. Si en lugar de una "ley de estabilidad presupuestaria", que dinamita el Estado del Bienestar, tuvieramos una "ley de general de protección del ciudadano", con rango constitucional, que blindara los derechos que tenemos, la situación sería que la Banca tendría que ser más flexible para cumplir con los compromisos con los ciudadanos, y o bien refinanciar créditos, o darlos en condiciones favorables. Su cuenta de resultados sería menos importante que la salud de un niño atado a una máquina de diálisis en un hospital, y tendrían que traer sus beneficios de las islas Caimán para financiarlo.
Ahora es legal que ese niño se muera para que la Banca pueda engordar sus beneficios. Eso es lo "consitucional". Por fuerza esa ley tiene que ser inconstitucional.
Y si llevo más allá la reflexión, si hay una necesidad que cubrir y gente dispuesta a hacerlo, pero lo que falta es un mero papel verde que no vale nada, que tiene un señor gordo escondido en las islas Caimán y que no le da la gana traer, ¿no sería justo sustituir ese papel verde por algo que no pueda dominar ese señor gordo? Yo creo que sí. Sé que sí. Lo que falla es todo un sistema que encumbra los papelitos verdes por encima de las personas.
Pues quiere decir precisamente eso: que es mucho más importante pagar la deuda que financia el Estado y las Comunidades Autónomas que pagar unos servicios públicos imprescindibles. Que es más importante pagar a la banca que pagar las nóminas de unos empleados públicos que quieren trabajar para cumplir con esos servicios públicos.
Que no falseen más la realidad. No es que no haya trabajo. Hay trabajo, hay necesidades que cubrir, y hay mucha gente dispuesta a hacerlo. Lo que cambia son las prioridades, y eso es una decisión política. Si en lugar de una "ley de estabilidad presupuestaria", que dinamita el Estado del Bienestar, tuvieramos una "ley de general de protección del ciudadano", con rango constitucional, que blindara los derechos que tenemos, la situación sería que la Banca tendría que ser más flexible para cumplir con los compromisos con los ciudadanos, y o bien refinanciar créditos, o darlos en condiciones favorables. Su cuenta de resultados sería menos importante que la salud de un niño atado a una máquina de diálisis en un hospital, y tendrían que traer sus beneficios de las islas Caimán para financiarlo.
Ahora es legal que ese niño se muera para que la Banca pueda engordar sus beneficios. Eso es lo "consitucional". Por fuerza esa ley tiene que ser inconstitucional.
Y si llevo más allá la reflexión, si hay una necesidad que cubrir y gente dispuesta a hacerlo, pero lo que falta es un mero papel verde que no vale nada, que tiene un señor gordo escondido en las islas Caimán y que no le da la gana traer, ¿no sería justo sustituir ese papel verde por algo que no pueda dominar ese señor gordo? Yo creo que sí. Sé que sí. Lo que falla es todo un sistema que encumbra los papelitos verdes por encima de las personas.
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