sábado, 16 de junio de 2012

¿la pesadilla de la inflación?

Estos días en los que se va a decidir el futuro de la Unión Europea ni más ni menos, se van a volver a oir muchas voces discrepantes, mucho ruido, y muchas opiniones. La de Alemania ha prevalecido hasta ahora, a saber, para salir de la crisis, los países tienen que sufrir en austeridad, ya que antes han despilfarrado. Esto, además de no tener sentido económico al suponer la Unión Europea, incluida España, el 42% del mercado de Alemania, es cruel e históricamente revisionista (ya que Alemania es de todas las naciones europeas con mucho la que más metió la pata durante el siglo XX, y luego se la tuvo que ayudar a salir del hoyo).

La razón principal por la que Alemania no acepta las soluciones que sacarían de la crisis (de la estafa) a los países del sur es que temen la inflación. Su política, y la del BCE van encaminadas a controlar los precios, no a crear empleo. El miedo a la inflación les viene por los años 20 cuando sufrieron una HIPERinflación (no inflación) y no lo quieren repetir.

Esto es, por supuesto, absurdo. En una economía en depresión, el miedo a la inflación es infundado. NO puede haber inflación en una economía deprimida, porque para que haya inflación, primero tiene que haber auge económico.

La inflación, el aumento continuado de los precios en el tiempo de manera sostenida, no sucede mágicamente cuando un Banco Central imprime más moneda. Sucede cuando, al haber más dinero en circulación, los consumidores compran más, con lo que los vendedores creen que podrán subir los precios sin disminuir sus ventas. Del mismo modo los salarios aumentan porque los trabajadores tienen más poder de negociación, al haber más puestos de trabajo en la economía.

Sin tener en cuenta un shock de oferta de un producto básico (como sucedió en los 70 con el petroleo), la única manera de que la economía sufra una inflación alta sería que hubiera más ventas y más trabajo. Y esto es más deseable en la Unión Europea en estos momentos, que temible es un hipotético shock de oferta.

Tampoco sería comparable a una hiperinflación, donde hablamos de básicamente de un caos en precios y salarios (variación de precios hora a hora de porcentajes altísimos), sino de un 3-4% de inflación en la zona euro en un año. Alemania tendría que subir sus precios y salarios, de manera que equivaldría a una devaluación de los demás países sin necesidad de recortar precios y salarios ellos mismos, al no tener la posibilidad de devaluar monedas.

Claro, con la receta de la austeridad, sufren todos los habitantes de los países que a los ojos de Alemania en realidad se lo merecen, por despilfarrar lo que no tienen. No es la manera de ver las cosas, y especialmente en Alemania es muy injusto. No se puede condenar a pueblos enteros a sufrir por equivocaciones de sus líderes políticos y económicos. No se hizo en Nuremberg, y no se debe hacer ahora.

domingo, 10 de junio de 2012

¿Qué es un líder?

Contestando a la pregunta, y sin mirar la definición de Wikipedia o de la Real Academia, se me ocurre que un líder es alguien con coraje, valor, con capacidad de inspirar, pero más que nada, con capacidad de empatía, de traducir el sentir de mucha gente en acciones...Eso se traduce en muchas cosas concretas: saben decir la frase adecuada en el momento adecuado, intuyen lo que masas muy grandes de gente sienten y lo reflejan en todo lo que dicen y hacen, y actúan sin pensar en consecuencias (personales, políticas, económicas), por el bien común, casi siempre oponiendose a minorias muy poderosas.

Siguiendo estas características, se me ocurren varios líderes históricos: Gandhi, Martin Luther King, John Lennon...También líderes políticos, por supuesto. En Estados Unidos han tenido la suerte de tener grandes líderes en momentos críticos. Abraham Lincoln y Franklin D. Roosevelt en concreto son personajes que reúnen todas estas características y que consiguieron grandes avances para su país en momentos muy difíciles, sacándolo de sus dos crisis más graves (La Guerra Civil y la Gran Depresión).

Con una habilidad casi mágica, sabían sincronizar sus palabras y sus actos con el sentir de todo un país, con lo que se situaban en la cresta de la ola, y eran capaces de impulsar grandes cambios positivos, solucionando problemas que parecían irresolubles en un principio, con una combinación de carisma, valor, y fuerza moral.

En España, desgraciadamente, no hemos tenido personajes así. No sé por qué combinación de factores, lo que en otros lugares es liderazgo, aquí se traducía en el peor de los casos en los salvapatrias que abundaron en el siglo XIX y XX, y que trajeron guerras, dictaduras, y a la postre más penurias para el país que soluciones.

El único ejemplo que reúne las caracteristicas de un líder que se me ocurre en España fue Adolfo Suárez. Interpretando el sentimiento popular consiguió traer la democracia a España en menos de un año de gobierno, aunando todas las fuerzas a su alrededor para conseguir  ese objetivo, neutralizando con coraje y  valor personal a quienes se oponían, y siempre dando la cara, en los momentos buenos y malos.

Ese es el tipo de líder que haría falta en una época como la que estamos viviendo. Y no lo hay. Pero es que lo que hay puede que sea lo peor: un mero funcionario a las órdenes de los poderes no democráticos que en realidad son los que gobiernan, con el único objetivo de hacer "lo que Dios manda" o "lo que haya que hacer", caiga quien caiga, sin importar si es lo que quiere la gente, sin importar si va en contra de "lo que dijo que iba a hacer pero no hace". Y además con cobardía, delegando los momentos críticos en ministros, sin aparecer a dar explicaciones, en el fondo por que sabe que no tiene a qué agarrarse, y sabe que en realidad todo lo que está haciendo ya estaba planeado, previsto y acordado.

Si Lincoln hubiera hecho lo mismo, es posible que la esclavitud se hubiera abolido en EEUU en los años 60, pero del siglo XX, no del XIX, porque "lo que había que hacer" en aquel momento era apoyar a los esclavistas estados del Sur. Si Roosevelt hubiera hecho lo mismo en 1933 no habría dicho en su inauguración que lo único que había que temer era el "miedo en si mismo" reflejando en 4 palabras lo que sentía la gente; habría dicho que "ya haría lo que había que hacer, aunque hubiera dicho que iba a hacer otra cosa que no dijo que iba a hacer, pero que solo con gobernar él ya se soluciona casi todo porque trae confianza". Y desde luego no habría aprobado leyes y más  leyes para controlar a quienes habían causado la gran depresión (los banqueros, como siempre) y favorecer a quienes le habían elegido.

viernes, 8 de junio de 2012

El siglo oculto de Alemania

El XX, por supuesto. Se diría que el siglo XX para Alemania no existió nunca. Han pasado del XIX al XXI, únicamente moviendo el palito un lugar. Y no me refiero a los años 30 y la II Guerra Mundial. Me refiero a su historia económica. No han aprendido nada.

Tras la Primera Guerra Mundial, Alemania estaba derrotada. ¿Qué hicieron los vencedores? Hacerles firmar en Versalles en 1919 un tratado punitivo en el que se sentaban las bases para el caos económico del país. "Reparaciones de guerra" lo llamaron, una cantidad tan astronómica de millones que de hecho hundía la economía del país. Era irreal e imposible de pagar. ¿Qué hicieron los alemanes? Imprimir mucha más moneda, hasta el punto que causaron un raro fenómeno económico llamado hiperinflación: la moneda se devaluaba tan rápido que los precios cambiaban cada hora, subiendo hasta tal punto que el pan costaba millones, los trabajadores cobraban diariamente en carretillas (para llevar los fajos de la inútil moneda).

Las cifras de las reparaciones de guerra en realidad nunca se llegaron a pagar totalmente, por supuesto, fueron objeto de controversia internacional en el periodo de entreguerras, y crearon en la mente alemana un revanchismo que llevaría a la II Guerra Mundial.

Cuando esta terminó, los aliados (sobre todo EEUU) habían aprendido la lección. No solo no pidieron reparaciones, sino que de hecho "rescataron" a Alemania (y a gran parte de Europa) con el Plan Marshall. Invirtieron en el país, lo reconstruyeron, y de paso sentaron las bases del Estado del Bienestar europeo que duró desde la II Guerra Mundial hasta ahora.

Alemania solo parece recordar la hiperinflación. No se acuerda de cuando ellos mismos eran un país hundido, derrotado y humillado, y les pidieron destinar todo su PIB a pagar reparaciones de guerra llevandolos al abismo del nazismo (lo que podría ocurrir en Grecia). No se acuerda de que cuando llegó el Plan Marshall en 1947 se hizo además para que ellos pudieran comprar productos americanos y hubiera un beneficio mutuo.

La amnesia de Alemania puede llevar a Europa a unos años 20 invertidos, en los que el resto de Europa se hunde, y ellos prosperan. No se acuerda de que en los años 30 del siglo XX la realidad se impuso. Europa no se hunde por partes: se hunde entera.